Teseo
Mitos y Leyendas
A la edad de 16 años, Teseo fue conducido por su madre hasta la roca bajo la cual se padre Egeo había ocultado su espada y sus sandalias. Teseo levantó sin esfuerzo la pesada piedra: ese día empezó su vida heroica.
La lucha con Escirón es una de las proezas de Teseo. Escirón obligaba a los viajeros a lavarle los pies, y cuando se arrodillaban para cumplir sus órdenes, de un puntapié los arrojaba al mar, donde las tortugas gigantes acechaban su caída y los devoraban. El mismo fin tuvo Escirón en manos de Teseo.
Habiendo llegado al palacio de Egeo, el héroe estuvo a punto de ser encadenado por la pérfida Medea, quien le ofreció un brebaje mortal. Pero Egeo reconoció a su hijo, que llevaba su espada y sus sandalias, y en el momento en que Teseo llevaba la copa a sus labios, la arrojó violentamente al suelo.
Los atenienses habían matado a Androgeo, hijo de Minos y de Pasifae. Para vengarse, Minos hizo construir por Dédalo un laberinto en el que encerró al Minotauro, mitad hombre y mitad toro; los atenienses debían entregar todos los años siete jóvenes y siete doncellas, que el monstruo devoraba.
Mitos y Leyendas
A la edad de 16 años, Teseo fue conducido por su madre hasta la roca bajo la cual se padre Egeo había ocultado su espada y sus sandalias. Teseo levantó sin esfuerzo la pesada piedra: ese día empezó su vida heroica.
La lucha con Escirón es una de las proezas de Teseo. Escirón obligaba a los viajeros a lavarle los pies, y cuando se arrodillaban para cumplir sus órdenes, de un puntapié los arrojaba al mar, donde las tortugas gigantes acechaban su caída y los devoraban. El mismo fin tuvo Escirón en manos de Teseo.
Habiendo llegado al palacio de Egeo, el héroe estuvo a punto de ser encadenado por la pérfida Medea, quien le ofreció un brebaje mortal. Pero Egeo reconoció a su hijo, que llevaba su espada y sus sandalias, y en el momento en que Teseo llevaba la copa a sus labios, la arrojó violentamente al suelo.
Los atenienses habían matado a Androgeo, hijo de Minos y de Pasifae. Para vengarse, Minos hizo construir por Dédalo un laberinto en el que encerró al Minotauro, mitad hombre y mitad toro; los atenienses debían entregar todos los años siete jóvenes y siete doncellas, que el monstruo devoraba.
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