Explotación y trabajo Indígena

Formas de explotación y trabajo:
Desde la esclavitud al pago de jornal, los españoles ensayaron diversas formas de utilización de la mano de obra indígena o negra.

La encomienda:
En las primeras décadas del siglo XVI, el dominio de los conquistadores sobre las riquezas se ejerció a partir del sistema de encomiendas. La encomienda era un contrato entre el rey y un particular, quien se  comprometía a evangelizar  y proteger a un número de indios que el rey autorizaba a usar como mano de obra. A cambio, le pagaba a la corona un impuesto sobre lo que producían.
Los indígenas trabajaban para el encomendero una parte del año -por ejemplo, en la cosecha- pero el resto del tiempo vivían en sus comunidades y cultivaban su tierra. No recibían paga y debían costear el viaje desde su aldea al lugar de trabajo.
El contrato podía ser sobre tierras, minas o cualquier otro bien o servicio que produjera un ingreso. Aunque esto permitió el enriquecimiento de los beneficiarios -como Cortés, por ejemplo- la creciente exigencia fiscal de la corona hizo que muchos encomenderos invirtieran sus ganancias en tierras o minas y se despreocuparan de la producción de los indios encomendados, a fin de pagar menos impuestos.


La esclavitud negra:
El descenso demográfico de la población indígena y la prohibición de esclavizar a los indios (establecida en 1548) llevó a los españoles a buscar otras formas de conseguir mano de obra. En las minas y en las explotaciones agrarias se necesitaban trabajadores todo el años y no solamente en la zafra, como lo proveía la encomienda. El primer recurso utilizado fue introducir esclavos traídos de África. Se calcula que hacia mediados del siglo XVI había en México cerca de 130.000 exclavos negros.
-Se aplicó la esclavitud por el descenso demográfico de indios que morían por enfermedades y porque las leyes sólo respaldaban al indio del maltrato en América.
1 esclavo=Trabajo de 4 Indios.


El repartimiento: la mita y el coatequil
En algunos lugares los negros no se adaptaban a las extremas condiciones del ambiente o el trabajo. Considerando estas dificultades, en ciertas regiones de México y Perú se adoptaron sistemas de trabajo que habían sido usados por los indígenas con anterioridad a la llegada de los españoles. El caso más claro es el de la mita en Perú, llamado  coatequil en México.
Tanto la mita como el coatequil eran sistemas de trabajo forzoso que los españoles llamaron repartimiento. Este sistema determinaba que las distintas comunidades indígenas aportaran un porcentaje de trabajadores para un emprendimiento concreto, en el lugar que se fijara, ya fuera una explotación agrícola, minera o de otro tipo.
Cada comunidad enviaba un número de trabajadores durante una semana, cuatro veces al año. Los salarios no alcanzaban para cubrir los gastos, pues los indios debían costear el viaje, mantener a la familia que iba con ellos y pagar tributos. En consecuencia, pedían adelantos o préstamos al corregidor y vivían endeudados.
El sistema de repartimiento predominó en la mayor parte de América entre mediados del siglo XVI y mediados del siglo XVII.

El trabajo a jornal:
A medida que la economía americana se diversificaba y surgían más posibilidades de vender al exterior, la necesidad de mano de obra se incrementó. Conseguir trabajadores se convirtió en el mayor problema para los dueños de tierras y minas. La encomienda y el repartimiento eran sistemas complicados y rígidos.
Para atraer trabajadores a jornal, los grande hacendados brindaban beneficios que los propietarios pequeños y medianos no podían ofrecer. Por ejemplo, adelantaban dinero o ropas que luego el indio no podía pagar. Así, este es transformaba en un peón endeudado con el patrón, quien comenzaba a adquirir poder: juzgaba pleitos, establecía las reglas de vida y trabajo, apadrinaba niños... La hacienda  pasó a ser un complejo de producción autónomo, cuyo dueño se convirtió a menudo en caudillo del lugar.




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